Noche del sábado.
Hoy he continuado mi viaje. Mi primer destino en Colombia es San Agustín. Cojo un bus de Popayán, al que he dejado para visitar bien a mi regreso, a San Agustín.
La ruta viene a ser como la carretera de la muerte en Bolivia, pero un poco menos peligrosa. Después de 7 horas llegamos a San Agustín. Son las 10 de la noche. Me doy cuenta que hoy tampoco he comido, y ceno una patata rellena de carne. El pueblo es oscuro, animado pero oscuro, y yo estoy destrozado. En dos días he estado 24 horas en bus.
Veo un documental de unos tíos que se cayeron al mar y consiguieron sobrevivir y luego otro de dos tipos que viajan por el mundo practicando deportes de pegarse de ostias, tipo karate, kungfu y esas palabras que no conozco y que suenan a thaichi.
A las 11 o las 12, me sobo en mi hotel solitario.
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