Noche del martes.
Después del palizón del día solo quiero ir a dormir. Me duelen los ojos.
Theresa dice que quiere beber vino, y me apunto a la cena, pero luego me voy a dormir, digo. Cenamos un menú bastante correcto y una botella de vino. Decidimos que es pronto, las 8, y que podemos ir a tomar un pisco sauer para despedirnos del pueblo, ya que nos vamos mañana.
Vamos al bar adobe dónde me han dicho que es más barato y es donde va la gente de aquí. Nos tomamos un primer pisco sauer y con el segundo empiezan las chicas a hablar de sus cosas en alemán y yo me pongo a hablar con la mesa de al lado donde hay tres australianas: 2 con ganas de fiesta bebiendo vodka y otra tomando un te y echando de menos al novio, «las australianas somos así, dice una de las del vodka» y envían a la del te a casa. En otra mesa está la pareja de australianos a los que he ayudado por la mañana con el idioma en la panadería. Él me recuerda a no se quién y me cae de puta madre.
Acabamos todos hablando con todos, conversaciones cruzadas que no dicen nada, otro pisco sauer, el australiano y yo ya amigos para toda la vida, y llega la hora del cierre del bar. La 1 de la mañana y todo los gringos, según el camarero, a la puta calle borrachos. Abrazos.
Y en la calle la nada más absoluta, oscuridad y un frío de cojones. Todo cerrado, así que cada uno de los turistas nos vamos a nuestro hostal. Yo me doy un par de vueltas por el pueblo, porque llevo un morao bastante importante. Me meto en una peña donde está la gente que trabaja en los bares y hay un grupo con flautas tocando música andina. Charlo 3 segundos con el camarero de los gringos y me vuelvo al hostal.
Me meto en la cama sabiendo que mañana voy a tener una resaca de esas de «nunca más bebo pisco«.
GRANDE, GRANDE!!! Ahora mismo estoy en el curro con sueño, dolor de cabeza y ganas cero de trabajar, y leeo esto, que cabrón que envidia das!! Aprovecxhalo pq estar paseando por las calles de san pedro de atacama no tiene precio!