Andrés, que no quiere que me pierda nada de las cosas auténticas de Valparaíso, me regala una tonada del organillero, y el loro me saca un papel de la suerte de una cesta con el siguiente mensaje:
No se queje jamás de su destino, sus golpes bien pensados son pasajeros de su honradez y su buen nombre le darán el respeto y la confianza de todos los que tratan con Ud. Es verdad que con mucha dificultad prometerán un bienestar en su vejez.
Algún día se encontrará con bastante necesidad, pero no le faltará un amigo que le ayude y le pondrá a salvo a pesar de que la rueda de la fortuna no se presenta a tiempo a su lado, no se aflija, consuélese que pronto encontrará un camino justo y llenará de toda felicidad. Ud. ha sido engañado de una persona de la que menos se esperaba; pero su momentánea intranquilidad le traerá muchas ventajas, tendrá que soportar muchas contrariedades.
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