Noche #27

Noche del viernes.

En Uyuni en cuanto se va el sol no hay nada que hacer. Los restaurantes están vacios, y los turistas nos refugiamos en nuestros hostales, sin nada que hacer.

Yo no tengo hostal, así que me paso un rato en Internet y luego me reuno con las austriacas que están en un bar haciendo tiempo. El bar tiene la música a tope con Nirvana, Guns’n’Roses y similar. Pero es el único que tiene una estufa.

A las 22:15 sale el tren hacia Tupiza. En la estación unos 30 turistas, todos con las caras rojas, y los gorros oficiales de Bolivia.

También hay algún militar despidiéndose de su mujer y su hija, y varios autoctonos con sus mantas de colores para pasar la noche en el tren. Me asusta un poco la virgen de la estación, señal de poca confianza en el servicio.

Me he dormido, aprovechando ese extraño don que tengo para dormir en los viajes, hasta las 4 de la mañana que hemos llegado al destino.

El pueblo desolado, y todo cerrado, así que hemos buscado un hostal donde dormir hasta que se haga de día.



1 Comentario

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  1. He visto la postal que has enviado desde Chile en el blog, la de Valparaiso.
    Sabía que era muy bonito, pero no lo imaginaba así. Me ha recordado a Santorini, con sus casas pequeñitas, de colores…
    Aquí llueve desde hace un mes, todos los días. Llueve con fuerza, como hacía tiempo no veía llover… Me asomo a la ventana y la imagen que veo se asemeja más a los paisajes de Braveheart que al secarral que estamos acostumbrados a ver en Teruel.
    Sé que tiene que llover, pero ahora es demasiado, necesito que salga el sol, y que llegue el calor, después de 8 meses de invierno.
    A la tristeza le gustan estas tardes lluviosas y a nuestras almas melancólicas les gusta la tristeza, y hoy daban Memorias de Africa, en honor a su director, recientemente fallecido. Hay tres películas que no puedo dejar de ver si aparecen ante mi, en DVD o por la tele, y ésta es una de ellas. Es una buena forma de llorar.

    Y además es 1 de junio, demasiadas cosas…

    Qué puedo decir. Solo que no hay otra que seguir para delante, que los planes se los llevan las lluvias dejando charcos y un barrizal, y que contínuamente hay que poner sacos de arena para mantenerse a salvo.
    Pero pese a todo, el paisaje es hermoso…
    Te mando un abrazo al corazón.
    Disfruta de todo con la alegría de saber que nada dura, que cada instante se desvanece inmediatamente y lo único que lo salva, es guardarlo en la memoria, aún a costa de que nuestras almas se enfermen de nostalgia.
    Acuérdate de la Vieja Sirena.

    El Universo te llevará por el camino bueno…

    Cuidate mucho
    Lo

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