Noche #70

Noche del sábado.

Nos vamos juntando en el hostal unos cuantos: Los de ayer: Ben, el americano al estilo Affleck, Mat, el londinense, Sarah, la galesa; y los nuevos: otro Ben, alemán, Line -o algo así- sueca, David, australiano y Silke, alemana.

Vamos todos, menos la sueca, a cenar a un lugar de menú, alrededor del hostal. Paramos en un bar el el muelle de los pegasos, vacio, donde tomamos cerveza. Son las 8 y media,  así que es normal que no haya nadie. El bar tiene una terraza y suena música cubana. Abajo hay un tipo limpiando su moto y cada vez que nos mira nos ofrece coca. Por mas que lo ignoro, cada vez que coincido con su mirada, de nuevo ofrece la coca, sin dejar de pasarle el trapo y la cera a la moto. Ben, el alemán, se va a buscar a la sueca, que dice que es hot.


Ben el alemán, y Silke


Ben, el affleck, Sarah, David, Mat

Luego nos movemos al casco antiguo dentro de las murallas a un bar a beber. Pedimos una botella de ron entre unos cuanto, y el resto cerveza y caipirinhas. Por la calle hay poca gente, y se acercan algunos moscones ofreciendo coca, marihuana, y mujeres, o por lo menos le traen una a Ben, el alemán, y le dicen «it is free» (esto es gratis).

Mat, el londinense, cuenta esta historia cuando Ben, el alemán, le dice que terminemos la bebida y nos vayamos a un club:

There are two bulls in the top of a hill and the youngest says «Why do we run to the valley and we fuck one of the cows?», and the oldest replies «Why do we walk to the valley and we fuck all of the cows?»

(Hay dos toros en la cima de un monte y el más joven dice «¿Porqué no corremos hacia el valle y nos follamos a una de las vacas?», y el más viejo responde «¿Porqué no andamos hacia el valle y nos follamos a todas las vacas?»)

David se va, y le veo junta con uno de los moscones que han pasado antes.

Terminamos la botella y nos vamos a ver los clubes. Un moscón nos ha estado esperando, y nos lleva a su local, que dice que es buenísimo, y resulta que está vacío, así que nos vamos. Por el centro no se ve a nadie, y ya es más la 1, así que vamos de vuelta a la zona del hostal y volvemos donde el muelle de anoche y los 15 americanos, ingleses, australianos.

Por el camino ya andan agarrándose Ben, el alemán, y la sueca.

Aquí si que hay ambiente. Nos sentamos en la terraza de un bar, y dentro hay un concierto. Tomamos cerveza. Vamos entrando y saliendo a ver la música cada uno a su rollo. En una de las veces que entro me encuentro con Ben, el alemán, sentado en un sofá con una niña local, con un vestida mínimo y que debe tener entre 16 y 18 años. El chaval está sembrado esta noche.

Aparece un niño de entre 12 y 15 años, yonki, y nos pide dinero, comida y tabaco. Los colombianos de otras mesas le dicen «primo, vete, que esa vida la has elegido tú«.

Me desoriento un momento de las conversaciones, y no entiendo muy bien qué es lo que pasa, pero se hacen tres grupos: por un lado Sarah y Silke que se van al hostal por la zona de los clubs, para ver el ambiente; por otro lado Mat, Ben, el affleck, y la sueca que se van al hostal por el camino corto; y por último Ben, el alemán, que al parecer tiene otros planes, dice que se va a cambiar para entrar en un club, que con la camiseta de gerente cachas y las bermudas no le dejan.

Me voy por el camino de los clubs, con Sarah y Silke y sigo bastante desorientado. Cuando pasamos por la entrada del Havana, un local con una banda en directo tocando música cubana, al lado del hostal, dicen las chicas que entremos, pero son 5.000 por cabeza para 15 minutos que quedan. Negocian 10.000 para los 3, y cuando me doy cuenta, ellas ya han entrado pagando 5.000 entre la dos y yo tengo que pagar los 5.000 que faltan. Me siento ridículo, así que decido no entrar. Le digo al de la puerta que me deje pasar para decir que me voy, y dentro resulta que también está el otro grupo, el del camino corto, que al pasar han entrado. Les digo a las chicas que me voy porque me han echo la púa -ellas- y paso de pagar los 5.000. Y me voy.

Al entrar al hostal me encuentro al Ben alemán que se ha arreglado y pefumado y se va a uno de los clubs.

No acabo de entender muy bien que es lo que ha pasado en el último rato. Demasiado ron y demasiados acentos diferentes. Creo que he sufrido una especie de Lost in Translation.

Empiezo a tener muchas ganas de estar en una conversación donde entienda todo lo que se dice, todos los chistes, y todo lo que va pasando, y donde no tenga a un tipo pegado a mi oreja ofreciendo coca a cada minuto.



Deja un mensaje

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.