Baños es una de las ciudades más turísticas de Ecuador.  De las 15.000 personas que viven, el 90% se dedica al turismo.

Lo que la gente viene a hacer a Baños es tirarse en las piscinas termales, ir a las cascadas, subir al volcán Tungurahua, que es un volcán en plena actividad y actualmente en erupción, o dar un paseo por las montañas de los alrededores. También hay todo tipo de actividades de ecoturismo, como son ir en bici, en quad, puenting, etc, etc.

Yo no he hecho abosultamente nada de todo esto. Mi plan era ir a Guayaquil y luego a Quito, pero me asustó la idea de ir a un lugar tan enorme como Guayaquil y sentirme solo, y he preferido la compañía de Aisling, David, Jacob y Nina, por eso he venido.

Ha sido una agradable sorpresa, porque a pesar de imaginar uno de esos lugares de personajes vestidos de coronel tapioca con ropas inteligentes y mil negocios orientados al turismo, el lugar es tan bonito que estos adornos no lo estropean. Los que viven aquí sonríen cuando te los cruzas, el aire huele a limpio y las montañas son muy verdes. Parece una selva a punto de comerse el pueblo y la bruma me recuerda a los paisajes gallegos de mi niñez.

Para mi Baños ha sido restaurantes con buena comida y largas conversaciones filosóficas sobre el sentido de la sociedad. Ha sido un largo paseo hasta la cima para intentar ver un volcan cubierto de nubes, y un reencuentro con parte de mi niñez.

Fotos aquí.