Noche #36

Noche del domingo.

Tras andar todo el día por La Paz, antes de que anochezca ya estoy listo para ir a dormir. Estoy agotado.

Quiero ir al cine a ver Indiana Jones, pero primero voy a cenar con Martina y con Theresa. Al sentarnos en la mesa de un restaurante bastante bonito nos damos cuenta que en todo el día solo hemos comido el desayuno y yo además un choripan a las 12. Se nos va la mano pidiendo y comiendo y al terminar la única opción es caminar hasta el hostal y dejar lo del cine para otro día.

Pizzeros callejeros, niños vendiendo caramelos, ancianas vendiendo zumos, puestos de latón con choripanes, hotdogs y hamburguesas, algún niño jugando a la pelota, micros y taxis.

Ellas se quedan en el bar del hostal y yo me voy a leer un rato.

A mi hora de siempre, las 11 hora española, me despierto con un mal sueño. El mismo de estos días. Me quedo triste y ya no me duermo mas. Pero al menos me quedo tumbado y descansando hasta que entra la luz entre las cortinas de la ventana.

Theresa se ha levantado unas cuantas veces durante toda la noche. Le dije que no comiera tanta que en la guía lo dice claro: andar despacio, comer poco y beber agua.

Los tapones en el oído me impiden oír los ruidos y me dejan en silencio con mis pensamientos.

Por la mañana Theresa siente enferma y quiere quedarse todo el día tumbada hasta recuperarse.



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